“Serás un hombre, hijo mío”, de Rudyard Kipling
“Serás un hombre, hijo mío”, de Rudyard Kipling Si puedes mantener intacta tu firmeza cuando todos vacilan a tu alrededor Si cuando todos dudan, fías en tu valorpadre1 y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza Si sabes esperar y a tu afán poner brida O blanco de mentiras esgrimir la verdad O siendo odiado, al odio no le das cabida y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey Si piensas y el pensar no mengua tus ardores Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley y los tratas lo mismo como dos impostores. Si puedes soportan que tu frase sincera sea trampa de necios en boca de malvados. O mirar hecha trizas tu adora quimera y tornar a forjarla con útiles mellados. Si todas tus ganancias poniendo en un montón las arriesgas osado en un golpe de azar y las pierdes, y luego con bravo corazón sin hablar de tus perdidas, vuelves a comenzar. Si puedes mantener en la ruda pelea alerta el pensamiento y el múscul